Lesiones en amas de casa: cómo prevenirlas
La lumbalgia o epicondilitis son lesiones comunes en las amas de casa y que pueden requerir del uso de ortesis
Cuando uno piensa en lesiones, lo primero que le viene a la cabeza es deporte. Corredores, futbolistas o nadadores de élite que llevan al límite su cuerpo y que, en un intento de llegar a meta, de robarle la pelota al equipo contrario o de superar su marca personal, se lesionan y deben hacer reposo, usar ortesis y, en algunos casos, enfrentarse a una intervención quirúrgica. Pocas veces nos imaginamos a un ama de casa o a un profesional de la limpieza con el brazo o la muñeca inmovilizada con una ortesis como consecuencia de su trabajo diario. Pero lo cierto es que las tareas del hogar, cuando se realizan de forma continuada e implican sobresfuerzo repetitivo, conllevan el mismo riesgo para la salud de nuestro cuerpo que practicar un deporte de forma profesional. Más si tenemos en cuenta que, aquí, a diferencia de lo que pasa en running, futbol, la natación o el tenis, los conceptos entrenamiento o estiramiento, no existen. Las mujeres y hombres que han convertido la limpieza en su trabajo empiezan el día haciendo camas, cargando bolsas o carros, moviendo muebles, fregando platos o limpiando ventanas y lo acaban de la misma forma y no saben que, realizar este tipo de actividades en una posición incorrecta, sin alternar el uso de las extremidades y tomar los descansos oportunos, les puede acarrear lesiones en huesos, músculos y articulaciones a medio y largo plazo. Hablamos de la lumbalgia (dolor en la lumbar o zona baja de la espalda), pero también de otras dolencias como pueden ser el síndrome del túnel carpiano (hormigueo en los tres primeros dedos de la mano y, a veces, pérdida de sensibilidad en ellos), la epicondilitis (dolor en la cara externa del codo) o bursitis de rodilla (hinchazón y dolor en la rodilla).
Una buena higiene postural nos ayudará a evitar lesiones
Ante un panorama tan desalentador como éste, ¿qué podemos hacer? Como en el caso de los deportistas, prevenir. Y es que, al igual que los corredores, ciclistas y tenistas saben que para evitar lesiones necesitan alternar momentos de entrenamiento con tiempo de descanso y no olvidarse nunca de la técnica, las amas de casa y los profesionales de la limpieza deberían tener en cuenta lo mismo: descanso y buena higiene postural.
Desde Teyder os explicamos cómo abordar las tareas del hogar para evitar este tipo de lesiones.
- Lavar los platos y planchar. Cuando fregamos o planchamos, tendemos a flexionar la columna y forzarla en exceso. Para evitarlo, lo mejor es que el fregadero y la plancha queden a la altura del ombligo. También, hacernos con un taburete o alzador de unos 10 centímetros de altura y reposar uno de los pies. Alternaremos para evitar estar en la misma postura y recargar uno de los lados de nuestro cuerpo.
- Poner la lavadora. Seguro que a más de uno le suena esta imagen: tienes que meter la ropa en la lavadora, reclinas la espalda para introducir las prendas en el tambor y ¡zas!, al levantarte, un dolor invade la zona baja de la espalda. Normal. Esto es lo peor que podemos hacer. Lo recomendable es que flexionemos las piernas, descendamos poco a poco hacia el suelo y, si es necesario, nos sentemos en cuclillas o en el suelo para poner la ropa en la lavadora.
- Recoger objetos del suelo. Si se nos cae un papel o cualquier objeto al suelo, nada de abalanzarnos sobre él doblando todo el cuerpo. Lo correcto, como en el caso de la lavadora, es flexionar las piernas levemente y, sin que las rodillas no sobrepasen las puntas de los pies y con la espalda bien recta, alcanzar el papel.
- Limpiar ventanas y estanterías. Cuando limpiamos superficies que están a un nivel superior, tendemos a estirar la columna y, por tanto, a forzarla. Lo ideal, en estos casos, es utilizar una escalera o un taburete para llegar a ventanas y estanterías sin necesidad de extender los brazos y hacer movimientos que puedan dañar nuestra espalda.
- Barrer, fregar suelos y pasar la aspiradora. Cuando barremos, pasamos la aspiradora o fregamos suelos, solemos doblar la espalda para llegar a aquellos espacios y rincones de difícil acceso. Error. Como en el caso de la colada, debemos flexionar las piernas, bajar poco a poco y colocarnos en una posición cómoda para realizar este tipo de tareas. Es importante, además, que el palo de la escoba y de la fregona que utilicemos sea lo suficientemente largo como para evitar encorvar la espalda. También, huir de movimientos que la pueden dañar como girar la cintura o extender los brazos y forzarlos.