Lesiones más comunes en baloncesto
Lesiones en manos, rodillas o tobillos son las más comunes en el baloncesto
La práctica del baloncesto conlleva giros, saltos y carreras de velocidad -entre otras- que pueden provocar diferentes tipos de lesiones. Mientras que las contusiones o fracturas provocadas por golpes son difíciles de prever, las que son fruto del esfuerzo o malos movimientos sí lo son. Aún así, hay algunas que se pueden sufrir fácilmente aunque haya una preparación física anterior.
Se puede decir que cada deporte provoca unas lesiones u otras. Así, las lesiones del running o las del esquí serán diferentes a las del baloncesto. A continuación detallaremos cuáles son las lesiones más comunes en la práctica del baloncesto, cómo tratarlas y qué ortesis técnicas te ayudarán a recuperarte.
Lesiones en la mano
El baloncesto es un deporte que se juega con la mano. Por ello, esta articulaculación se pone en riesgo al botar la pelota. Los más común son los esguinces o fracturas de dedo. Estos son debidos al botar la pelota que, un mal golpe de ésta en los dedos, puede provocar el esguince o fractura.
Estas lesiones -sobre todo en caso de rotura- son difíciles de curar debido a los ligamentos y tendones que componen los dedos y su sistema complejo. Por ello, son muchos los especialistas que recomiendan hacer reposo, aunque lo más adecuado siempre será que consultes a tu médico o fisioterapeuta.
El baloncesto es un deporte en que se activan tanto las extremidades superiores como las inferiores. Por ello, no sólo se sufren lesiones en las manos por el boteo de la pelota, sino que las piernas también pueden sufrir las consecuencias.
Lesiones en las piernas
Uno de los músculos de las piernas más afectados en la práctica de baloncesto es el cuádriceps femoral. La carga de tensión en esta zona por los movimientos que conlleva este deporte puede provocar una tendinitis rotuliana.
La mejor manera de evitar la aparición de este tipo de lesiones es ejercitando los músculos de las piernas con prácticas que no los sometan a mucho estrés. Sustituyendo el ciclismo o la natación por el running, por ejemplo, conseguiremos este objetivo.
Ejercitar de manera adecuada las diferentes zonas fortalecerá los músculos y disminuirá la aparición de estas lesiones
Lesiones en las rodillas
Las lesiones más frecuentes en las rodillas son la rotura del ligamento cruzado anterior y los ligamentos laterales. Pero no solo estas, sino que las lesiones de meniscos también son bastante comunes en la práctica de este deporte.
Los giros con los pies fijos en el suelo son uno de los causantes de la rotura de menisco. Por otro lado, un mal movimiento o una mala caída podrán provocar la rotura de los ligamentos.
La mejor manera para evitar este tipo de lesiones, en la medida de los posible, es ejercitando los músculos de la cadera y el resto de músculos de los isquiotibiales. De esta manera se fortalece esta zona y se disminuye el riesgo de sufrir este tipo de lesiones.
Existen diferentes rodilleras destinadas a favorecer la recuperación de este tipo de lesiones. Si la lesión ha sido de tal magnitud que te has tenido que someter a una operación, también hay ortesis técnicas pensadas para darte movilidad en la período postquirúrgico.
Una tobillera estabilizadora ayuda a sujetar el tobillo y evita la aparición de posibles lesiones
Lesiones en los tobillos
Estas se deben, como en la mayoría de lesiones de rodilla, a los giros, las caídas o malos gestos. Pero en este caso se añade, además, los momentos de carrera en que se tiene que ir al otro lado de la pista rápidamente. En estas situaciones se somete al tobillo a cierto estrés que puede provocar un esguince de tobillo.
Fortalecer los músculos que rodean el tobillo mediante ejercicios de equilibrio, ayudará a evitar la aparición de estas lesiones. El uso de una tobillera estabilizadora también protegerá esta articulación.