Lesiones más comunes en escalada: cuáles son y cómo tratarlas
La tendinitis en dedos y muñecas son una de las lesiones más comunes en escalada
Con la aparición de rocódromos en la ciudad, la escalada ha pasado de ser un deporte exclusivo de las zonas de montaña a convertirse en una disciplina abierta a cualquier espacio y localidad. Este hecho, además de impulsar notablemente su práctica, nos ha hecho conscientes del peligro que supone realizarla sin conocimiento y preparación.
Y es que, al tratarse de un deporte de gran exigencia física y alto riesgo de caídas, precisa de cierta técnica y acondicionamiento para realizarlo. De lo contrario, corremos el riesgo a sobrecargarnos o resbalarnos y sufrir alguna de las lesiones más comunes en escalada.
Pero, ¿cuáles son estas patologías?
A pesar de que en la escalada entran en juego las diferentes partes del cuerpo, son las extremidades superiores las que soportan mayor peso y, por tanto, las que corren mayor riesgo de inflamación o fractura. De hecho, el 80% de las lesiones en escalada se dan en esta zona. Y, según explican los especialistas Eduardo Blanco y Noemí Lambán en un artículo para Redacción Médica, los dedos y los codos concentran el 41% y el 13% de las dolencias que sufre el escalador.
Unas cifras que evidencian el impacto que tiene esta disciplina deportiva en manos y brazos y que explica algunas de las patologías más comunes en escalada:
- Rotura de la polea A2: Las poleas son bandas fibrosas situadas en el segundo, tercero, cuarto y quinto dedo. Pueden ser anulares (A1, A2, A3, A4 y A5) o cruciformes (C1, C2 y C3) y su función es mantener los tendones flexores pegados al hueso, permitiéndonos abrirlos y cerrarlos. Si se produce un desgarro en la polea A2, además de un fuerte chasquido, sentiremos un dolor intenso y notaremos cómo se inflama la zona. En caso de que la rotura sea parcial, será necesario inmovilizar el dedo durante al menos dos semanas. Pero, si por el contrario, es total habrá que intervenir quirúrgicamente. El tiempo de recuperación dependerá, aquí, de las características de la operación.
- Rotura del tendón flexor de la mano. Los tendones flexores conectan los músculos con los huesos, permitiéndonos doblar y extender los dedos de la mano. Por eso, si nos desgarramos o rompemos alguno de ellos, veremos afectada nuestra movilidad y nos resultará difícil realizar acciones tan habituales como cerrar el puño. En caso de rotura total, será imprescindible someterse a una intervención quirúrgica.
- Distensión en el ligamento colateral. Esta es otra de las lesiones más comunes en escalada y, a pesar de que puede darse en cualquier dedo, los más afectados suelen ser el tercero y el cuarto. Los ligamentos colaterales separan las tres falanges de los dedos y están implicados directamente en la flexoextensión. Por eso, si se produce una sobrecarga o desgarro en la zona, podemos sentir malestar y dificultad para mover la mano. La intensidad del dolor, así como el tiempo de recuperación y el tratamiento a aplicar, vendrán marcados por la gravedad de la lesión.
- Epicondilitis o codo de tenista. Como explicamos en el artículo Epicondilitis y epitrocleitis: causas y tratamiento de las lesiones de codo, esta lesión se produce cuando la inserción de los músculos extensores de muñeca y dedos se inflama. Aunque puede originarse por un gesto brusco, normalmente produce después de repetir de forma repetida un mismo movimiento. Suele cursar con un dolor intenso en la cara externa del codo y presentar dificultad para flexionar o extender la muñeca.
- Epitrocleitis o codo de golfista. Esta es otra de las lesiones más comunes en escalada. Tiene lugar cuando la inserción de los músculos flexores de la muñeca y los dedos se inflama como consecuencia de un golpe o sobrecarga en la zona. Cursa con dolor en la cara interna del codo y dificulta tareas tan habituales como levantar peso o dar la mano.
Los dedos y los codos concentran el 41% y el 13% de las lesiones más comunes en escalada
Cómo evitar los desgarros y fracturas en escalada
Da lo mismo que escalemos en rocódromo o en roca, la mejor forma de prevenir algunas de las lesiones más comunes en escalada es la preparación. Así, antes de lanzarnos a una travesía o ascensión, es conveniente que un entrenador nos indique de forma teórica y práctica cómo movernos en pared, cómo caer o cómo asegurar y portear a un compañero.
Esta formación no solo nos dará las claves para evitar caídas innecesarias, también nos dotará del fondo necesario para escalar sin sobrecargar músculos y articulaciones y lo hará de forma gradual.
Además de mejorar la técnica, no nos podemos olvidar de:
- Calentar antes de cada entrenamiento. Si no queremos sufrir alguna de las lesiones más comunes en escalada, además del CORE, deberemos fortalecer dedos, manos y hombros. Por eso, el calentamiento deberá incluir ejercicios que vayan encaminados a tonificar esa zona y a prepararnos a la sesión de escalada.
- Estirar después de escalar. De la misma forma que es importante calentar antes de entrenar, lo es estirar después de escalar. El objetivo de esta actividad es devolver el músculo a su estado de relajación y prevenir lesiones por sobrecarga.
Cómo tratar las lesiones en escalada
Como hemos comentado con anterioridad, el tratamiento dependerá tanto del tipo de molestia como de su intensidad. Por eso, lo primero que deberemos hacer si tenemos indicios de lesión es acudir a un especialista y que este valore su gravedad.
Aunque las pautas a seguir variarán en función de la patología, lo más posible es que incluyan:
- Consumo de antiinflamatorios. Para aliviar el dolor y bajar la inflamación.
- Reposo. El tiempo de reposo dependerá de la gravedad de la lesión. Si es leve, puede rondar los 10 o 15 días. Si es grave y requiere de intervención, puede superar el mes.
- Uso de ortesis. El uso de ortesis no solo nos ayudará a inmovilizar la zona y a recuperarnos de la lesión, también a volver a nuestros entrenamientos de forma segura. Y es que, como explicamos en nuestro artículo Ortesis deportivas: 5 razones para utilizarlas en disciplinas de alto impacto, tienen como objetivo mejorar el rendimiento, reducir la fatiga y prevenir las lesiones más comunes en deportes como la escalada. La codera Epicondilitis 210CD, la Epicondilitis 542CD, el brazalete Epicondilitis Sport 442CD, la codera elástica Sport 309CD o la Sport 303CD con almohadilla de silicona son perfectas para este fin.
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