Mujeres con diversidad funcional: una realidad invisible
Entidades como CERMI o Azaar visibilizan y apoyan a las mujeres con diversidad funcional
Desde que en 1975 la Asamblea General de Naciones Unidas declarase el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer han cambiado muchas cosas en nuestro país. Las mujeres han pasado de permanecer en la esfera privada a formar parte de la vida pública, de no tener prácticamente estudios a ser de las más formadas.
Pero, aunque se ha avanzado mucho en términos de igualdad, aún queda camino por recorrer en este sentido. Y es que, a pesar de que el 60% de las mujeres accede a la universidad frente al 41% de los hombres, la brecha salarial entre ambos es del 23% en España. Y no solo eso: las mujeres siguen siendo las que llevan el peso de la casa, destinando 20 horas semanales a esta labor frente a las 11 horas de los hombres. También son las que renuncian a su puesto de trabajo o solicitan una excedencia para hacerse cargo del cuidado de algún familiar.
Una desigualdad que se hace más evidente en determinados sectores de la población. Este es el caso de las mujeres con diversidad funcional. Según datos del Observatorio sobre Discapacidad y Mercado de Trabajo, presentan un 38,9% menos de actividad, un 32,2% menos de tasa de empleo y un 7,6% más de paro que aquellas que no padecen ninguna discapacidad.
Cifras dramáticas a las que hay que unir otras igual de críticas: el 15,7% de las mujeres con diversidad funcional se encuentra en situación de pobreza extrema y un 32,7% están en riesgo de padecerla, 5 puntos más que las de la población sin discapacidad.
Concienciación y sensibilización
De ahí que sea tan importante el trabajo que realizan organizaciones como el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE) o la Asociación de Mujeres con Diversidad Funcional Física y Orgánica, Azaar. Instituciones que no solo dan visibilidad a las niñas y mujeres con diversidad funcional, sino que les dotan de recursos y herramientas para asegurar su autonomía e integración social.
Lo hacen mediante acciones de sensibilización que ponen en relieve la discriminación a la que están expuestas las mujeres con diversidad funcional por su género y discapacidad, pero también mediante planes que buscan garantizar la autonomía, la autoestima, la inserción laboral, la participación o el liderazgo de este sector de la población.
El 15,7% de las mujeres con diversidad funcional se encuentra en situación de pobreza extrema y un 32,7% están en riesgo de padecerla
Se trata, como explica el Manual básico de género y discapacidad elaborado por la COCEMFE y Confederación Estatal de Mujeres con Discapacidad (CEMUDIS), de eliminar las barreras a las que deben enfrentarse las personas con diversidad funcional, en especial las mujeres. Hablamos de las arquitectónicas, pero también de aquellas invisibles que limitan el acceso a la salud sexual y reproductiva, a la educación en los medios rurales o a los bienes y servicios.
También, de acabar con la violencia a la que están expuestas muchas mujeres con diversidad funcional. Y es que, según la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer de 2019 del Ministerio de Igualdad, el 40,4% de las mujeres con diversidad funcional ha sufrido algún tipo de violencia en pareja.
En Teyder, como empresa sensible a esta realidad, queremos visibilizar a las mujeres con diversidad funcional y, con nuestro trabajo diario, mejorar su calidad de vida. Por un futuro más justo, más respetuoso y más igualitario.
En Teyder estamos especializados en ayudas técnicas para las personas diversidad funcional. ¿Necesitas que te aconsejemos? Contacta con nosotros y te ayudaremos