Las fajas sacrolumbares de Teyder alivian el dolor causado por las lesiones lumbares
¿Alguna vez has sentido un dolor intenso en la zona baja de la columna? No eres el único. Según la Fundación Española de Reumatología, el 85% de la población ha sufrido o sufrirá este malestar en algún momento de su vida. Sin embargo, que la lumbalgia –como comúnmente se conoce este tipo de dolor- sea una de las lesiones lumbares más frecuentes no significa que sea normal padecerla. Tampoco que no se pueda prevenir y aliviar el malestar.
Lo mismo pasa con la lumbociática. Otra de las patologías de la espalda más frecuente entre los ciudadanos y que, a diferencia de lumbalgia, no se ubica únicamente en la lumbar. Su dolor desciende por la parte posterior o lateral del muslo y se extiende de la zona baja de la columna al pie o el talón.
¿Queréis saber cómo evitar y hacer frente a estas lesiones lumbares? Antes de hacerlo será imprescindible saber qué causas lo originan y qué síntomas presentan. Os lo explicamos.
Síntomas de lumbalgia y lumbociática
Como hemos comentado anteriormente, la lumbalgia y la lumbociática son lesiones lumbares que se presentan en forma de dolor intenso en la parte inferior de la espalda y que pueden irradiar al pie. Sin embargo, a pesar de que la tipología de malestar es la misma, su manifestación puede variar en función de la causa que lo origina.
Por ejemplo, cuando el malestar es de origen mecánico es frecuente que se intensifique cuando estamos en posición vertical y que mejore si nos tumbamos. Por el contrario, cuando la causa del dolor es inflamatoria, este suele presentarse durante la noche, mientras dormimos. En este caso, el movimiento aliviará los síntomas de estas lesiones lumbares.
El 85% de la población sufre o sufrirá algún malestar en la zona lumbar
Causas de lumbalgia y lumbociática
Que el dolor de la lumbalgia y de la lumbociática afecte a la zona baja de la espalda, no significa que su origen sea el mismo.
Detrás de estas lesiones lumbares se pueden esconder múltiples causas. Y, aunque puede deberse a enfermedades inflamatorias, infecciones e incluso tumores, lo más frecuente es que su origen sea de naturaleza mecánica y fruto de una vida sedentaria.
Algunas de las causas más frecuentes son:
Esguinces y distensiones musculares.
Hernia discal: la lumbociática está relacionada a este tipo de alteración.
Degeneración vertebral: una de las causas más frecuentes de dolor lumbar. Se da cuando los discos pierden su elasticidad, normalmente como consecuencia del envejecimiento.
Cómo prevenir la lumbalgia y lumbociática
El estilo de vida es clave para nuestra salud y la de nuestras lumbares. Por eso, si queremos prevenir las lesiones lumbares deberemos:
Ingesta de antiinflamatorios y/o analgésicos: para bajar la inflamación y aliviar el dolor.
Tratamiento de frío/calor: como en el caso de los medicamentos, buscan reducir la inflamación y el malestar en la zona de forma natural.
Ejercicios de fortalecimiento del CORE: es vital para mejorar los síntomas de lesiones lumbares como la lumbalgia o la lumbociática y para prevenirlo.
Uso de fajas sacrolumbares: para aliviar el dolor y ofrecer protección en los primeros días de lesión. También puede recomendarse en aquellos casos en que el paciente deba someterse a actividades que requieran esfuerzo y sobrecarga en la zona lumbar. En Teyder contamos con fajas sacrolumbares como la 200 FV, la 502 FV o la 700-701 FVo soportes como el 208 FV, 203FV o el 713 FV, con efecto masaje para aliviar el dolor.
El estilo de vida es determinante a la hora de prevenir y tratar las lesiones lumbares
Cómo tratar la lumbalgia y lumbociática
Ante un dolor en la zona lumbar agudo y prolongado en el tiempo, lo primero que deberemos hacer es acudir a un médico especialista. Será él quien, después de un examen, elabore un diagnóstico y determine el protocolo a seguir en función de su gravedad y origen.
Aunque el tratamiento variará en función del tipo de afectación (medular, nerviosa u osteo-muscular), suele incluir:
Hacer ejercicio: el sedentarismo es un factor de riesgo para sufrir cualquier lesión. También, la lumbalgia y la lumbociática. Si queremos evitarlo, deberemos incluir la actividad física en nuestro día a día y ejercicios encaminados a fortalecer el CORE.
Evitar el sobrepeso y obesidad: el exceso de peso supone una sobrecarga en la zona baja de la espalda y puede ocasionar dolor lumbar. Una buena alimentación y una vida activa nos ayudarán a prevenirlas
Cuidar la higiene postural: pasar demasiadas horas sentados o hacerlo en mala postura puede debilitar la espalda y hacernos más propensos a sufrir lesiones lumbares como la lumbalgia o la lumbociática. Evitar posiciones en hiperextensión e hiperflexión de la columna es clave para la salud de nuestra espalda.
Evitar sobrecargar las lumbares: hay profesiones y deportes que, por el esfuerzo físico que requieren, pueden poner en riesgo la salud de nuestras lumbares. Tomar consciencia de nuestra higiene postural cuando levantamos peso o lo empujamos o hacerlo con ayuda de alguna faja como las de Teyder puede proteger la espalda de lesiones lumbares.
En Teyder estamos especializados en ortesis para tratar y prevenir las lesiones lumbares. ¿Necesitas que te aconsejemos?Contacta con nosotros y te ayudaremos
Se origina por distintas causas y formas siendo las más comunes el sobreesfuerzo físico y las malas posturas.1 En el caso de las mujeres, se puede desencadenar o agravar con el ciclo menstrual. Personas que han nacido con espina bífida son muy vulnerables a poseer una lumbalgia resistente en alguna etapa de su vida. La lumbalgia puede ser un síntoma de enfermedades genéticas que afectan al tejido conectivo como elSíndrome de Ehlers-Danlos y el Síndrome de Hiperlaxitud articular.
La lumbalgia puede estar producida en muchos casos, por el Síndrome de miositis tensional, y puede tratarse adecuadamente siguiendo el protocolo de tratamiento del SMT.2
Por otro lado existen fuentes o tipos de dolor lumbar; el dolor facetario, en el cual existe una inflamación entre 2 articulaciones cigoapofisiarias (dolor específico), otro tipo de dolor lumbar es el discógeno, donde el disco intervertebral posee una lesión que genera dolor (dolor difuso, en una zona inespecífica), otra fuente de dolor es la compresión radicular, donde la vertebra comprime la salida de los nervios que se dirigen hacia las piernas (el dolor irradiado hacia las piernas) conocido como ciática; otra causa de dolor puede ser una contractura muscular, una disfunción de la articulación sacro-ilíaca, o por algún órgano que refleje su disfunción en la zona lumbar, como los riñones e intestino delgado.
Los procesos lumbares pueden ser de distintas maneras:
Lumbalgia aguda sin radiculitis: Dolor de naturaleza lumbar de aparición inmediata (aguda), que se puede extender por la extremidad inferior, muchas veces no más allá de la rodilla, habitualmente sin radiculitis. Es producida por una torsión del tronco o un esfuerzo de flexo-extensión.
Compresión radicular aguda: Inflamación de una raíz nerviosa de forma aguda, en un 90% causada por hernia discal.
Atrapamiento radicular: Irritación de la raíz nerviosa por el desarrollo de procesos degenerativos (espondilosis).
Claudicación neurógena: debido a un dolor muscular de naturaleza nerviosa.
Etiología
Una lesión aguda de la espalda baja puede ser causada por un evento traumático, como un accidente automovilístico o una caída. Ocurre de repente y sus víctimas suelen ser capaces de identificar exactamente cuándo ocurrió. En los casos agudos, las estructuras que con más probabilidad resulten lesionadas son los tejidos blandos. En casos de un accidente grave, osteoporosiso de otras causas del debilitamiento de los huesos vertebrales, pueden también aparecer fracturas vertebrales en la columna lumbar. En el extremo inferior de la columna vertebral, algunos pacientes pueden tener dolor de coxis (también llamado coccigodinia). En otros casos puede aparecer dolor sacroilíaco junto con la parte inferior de la columna lumbar, llamada disfunción sacroilíacas conjunta. El dolor de espalda crónico generalmente tiene un inicio más insidioso, que se producen durante un largo período de tiempo. Las causas físicas pueden incluir laosteoartritis, la artritis reumatoide, la degeneración de los discos entre las vértebras, de la columna vertebral o una hernia discal, una fractura vertebral (por ejemplo, de la osteoporosis) o, raramente, un tumor (incluyendo cáncer) o infección.1
Prevención
La mejor prevención es evitar los movimientos bruscos, adoptar buenas posturas, calentar antes de hacer ejercicio, evitar el sobrepeso y la obesidad. Básicamente hay que tener en cuenta:
Proteger las lumbares del aire frio -bien tapado y especialmente si vives en una zona climática húmeda-, ayuda tanto en la recuperación como en la prevención de lumbalgia.
Normas de higiene postural y ergonomía
Muchas lumbalgias son causadas por posturas inadecuadas y sobreesfuerzos en el trabajo, las actividades domésticas y los deportes. Se debe tener especial cuidado al mover o levantar pesos y en general a las inclinaciones forzadas de espaldas que deben evitarse a toda costa.3
En la postura para el movimiento o levantamiento de pesos debe evitarse la posición en la que se inclina la espalda y se debe adoptar la siguiente posición:4
1 – Bajar el cuerpo para poder coger el peso: flexionar las rodillas con la espalda recta con el objeto de que la fuerza se haga con las piernas y no con la espalda. Nunca se deben tener las piernas rectas.
2 – Coger el peso: el peso a levantar debe colocarse pegando al cuerpo (tronco).
3 – Levantar el peso: estirar las piernas (que estaban flexionadas) manteniendo la espalda recta con el peso pegado al cuerpo.
4 – Dejar el peso:
4.1 – Si el lugar a dejar el peso está a la misma altura que el tronco: dejar el peso sin separarlo del tronco.
4.2 – Si el lugar a dejar el peso está a una altura inferior al tronco: bajar el tronco flexionando las piernas por las rodillas y manteniendo la espalda recta.
4.3 – Si el lugar a dejar el peso está a una altura superior al tronco: utilizar una escalera y subir por ella, con la espalda recta, hasta que la altura del tronco alcance el lugar donde dejar el peso. No dejar nunca el peso a una altura superior a la que se encuentre pegado al tronco ya que obligaría a forzar la espalda.
Ejercicio y actividad física
El ejercicio físico y la actividad física de manera regular disminuye el riesgo de padecer lumbalgia. El sedentarismo aumenta el riesgo de padecer dolor de espalda y el reposo en cama el riesgo de que este dolor se prolongue por más tiempo y reaparezca más fácilmente.
La práctica continua y no intensiva de deportes (se recomienda la natación) se considera útil siempre y cuando no esté contraindicada por el médico -especialmente en quienes padecen o han padecido lumbalgia-.
El ejercicio físico está contraindicado durante la crisis aguda de dolor pero no ocurre así en el dolor crónico ya que mejora la incapacidad y el grado de movilidad y autonomía del paciente.
Tratamientos recomendados para la lumbalgia inespecífica
Cuando se habla de dolor lumbar inespecífico o lumbalgia inespecífica, se refiere aquel proceso de dolor lumbar en el que no se puede determinar la causa que lo produce.
La mayoría de los episodios agudos de lumbalgia inespecífica se deben inicialmente al mal funcionamiento de la musculatura y posteriormente a un mecanismo neurológico, en el que el factor esencial es la activación persistente de las fibras A y C, que desencadenan y mantienen el dolor, la contractura muscular y la inflamación.
En los casos subagudos, este mecanismo se mantiene activado y puede llegar a inducir cambios persistentes en las neuronas medulares, lo que trae como consecuencia la persistencia del dolor, la inflamación y la contractura, aunque se resuelva su desencadenante inicial.
Es necesario consultar al especialista cuando las recomendaciones básicas (evitar el reposo en cama, evitar mantenerse activo y evitar sobrecargas en la espalda) no mejoran la lumbalgia.16
Evitar reposo en cama – Las recomendaciones basadas en la evidencia científica disponible coinciden en desaconsejar el reposo en cama como tratamiento del dolor de espalda. En algunos pacientes, la intensidad del dolor puede obligarles a quedarse en cama durante unos días, habitualmente no más de 2, especialmente cuando hay dolor irradiado. Pero eso debe ser considerado una consecuencia del dolor, y evitado cuando es posible. No es por tanto un tratamiento, puesto que no tiene ningún efecto benéfico sobre la duración del episodio.
Recomendaciones posturales:
Evitar sobrecargas en la espalda – No agacharse doblando la espalda, debe hacerse flexionando las piernas.
No sentarse en superficies blandas y bajas – Como sofás y sillones.
Tratamiento psicológico (cognitivo-conductual) – En pacientes con lumbalgia de larga duración o crónica intensa.
Parches de capsaicina – En pacientes en los que hayan fracasado otros tratamientos y con un grado intenso de dolor.
Fármacos de tercera línea – Opiáceos mayores (tramadol, morfina, oxicodona). En pacientes con exarcebaciones intensas de lumbalgia crónica que no respondan a otros tratamientos.
Manejo del cuadro agudo con fisioterapia– para el manejo del dolor y espasmo muscular en la etapa aguda es de gran beneficio la fisioterapia utilizando modalidades como crioterapia ya sea masaje directo con hielo en la zona afectada o la aplicación de compresas frías, además de acompañar esto con electroterapia durante 20 o 30 minutos puede utilizarse opciones como corrientes bifasicas simétricas o protocolos de corrientes como tens, corrientes premoduladas o diadinámicas. Puede combinarse con otras modalidades de medicina física como ultrasonido de preferencia pulsatil y trabajar manualmente con masaje relajante o de amasamiento muscular.7
Rehabilitación multidisciplinar – Cuando han fallado otros tratamientos y la salud está muy alterada. Los equipos están formados por médicos, psicólogos y fisioterapeutas.
Toxína botulínica – El uso de la toxina botulínica tipo A en las algias vertebrales (cervicalgias, lumbalgias, ciatalgias) es cada vez más extendido por sus buenos resultados clínicos, sin embargo no hay suficiente evidencia para su indicación generalizada. Fundamentalmente se utiliza en algias vertebrales secundarias a contracturas musculares cronificadas y que no responden a otros tratamientos conservadores.89
Neuroestimulación eléctrica percutánea (PENS) – Última opción cuando han fracasado los tratamientos anteriores en pacientes con lumbalgia crónica muy intensa. Se realiza por especialistas de unidades de dolor ya que sus efectos secundarios son numerosos.
Bloqueo selectivo de la raíz nerviosa – En casos con lumbociatalgia se puede realizar un bloque selectivo de la raíz irritada. Especialmente indicado en casos de hernia discal con compromiso radicular. Generalmente se le añada Terapia Física tras la realización del bloqueo.
Intervención quirúrgica – En casos estrictamente necesarios. No se recomienda a aquellos pacientes diagnosticados con lumbalgia inespecífico.. Puede ser necesaria en pacientes que padecen lumbalgia derivada de una enfermedad (infección, cáncer, osteoporosis) o en aquellos que pudieran requirir cirugía cuando el dolor sea intenso e invalidante, haya persistido durante más de 2 años y no haya respondido a todos los tratamientos anteriores.1 En una revisión reciente (septiembre 2010) se concluye lo siguiente: La intervención quirúrgica no fue superior a la intervención cognitiva y ejercicios para aliviar los síntomas, mejorar la función y volver a trabajar a los 4 años. El número de reintervenciones en los pacientes asignados al «grupo quirúrgico» fueron similares a los pacientes que posteriormente fueron operados en el grupo no quirúrgico.10
Producto asociado
DESCRIPCIÓN: Ortésis para soporte lumbar con panel semirrígido y diseño anatómico para una mayor sujeción y confort. Contiene 4 varillas posteriores que estabilizan y siste- ma de cierre de tapa semirrígida.
INDICACIONES: Lumbalgias, insuficiencia muscular, deficiencia en la osteogénesis y malformaciones de la región L5-S1, espondi- liartrosis, discopatías, dolores articulares posteriores de columna lumbar y articu- laciones sacroilíacas. Protección práctica deportiva.