24 de abril de 2017 |

La conducción, sea de trayectos cortos o largos, puede provocar dolor de espalda en los conductores

Cuando conducimos, sobre todo durante un trayecto de larga duración, es común que sintamos dolor de espalda, en especial en la parte baja. Pueden aparecen los síntomas del conocido dolor de lumbago -o lumbalgia- o, incluso, molestias en la columna vertebral. A continuación explicaremos los motivos, los síntomas y las soluciones al dolor de espalda de los conductores.

Como explicamos en un post anterior son diferentes los motivos por los que podemos sentir dolor de espalda. Algunas de las causas que explicamos en él y que enumeramos a continuación son las culpables del dolor de espalda mientras conducimos:

 

Parar cada media hora o cada hora ayuda a evitar o disminuir el dolor de espalda de los conductores

 

Estrés

El simple hecho de salir a la carretera con el coche nos pone en peligro y somos conscientes de ello. No estamos solos en la carretera y no conocemos las capacidades de los demás conductores. Esto nos crea una situación de tensión que se aloja, principalmente, en la parte baja de la espalda.

Estar en constante tensión y estrés carga los músculos de esta zona, generando dolor durante y después de la conducción. Para evitar este estrés en la medida de lo posible, conduce de manera prudente, sal siempre con tiempo -si vas con prisas crearás más tensión- y pon en práctica las técnicas necesarias para relajarte.

 

Permanecer inmóvil o sentado durante mucho rato

Estas son otras de las causas que originan la aparición de dolor en la espalda de los conductores. En trayectos cortos esto no supondrá un problema siempre que te sientes de manera adecuada. Una buena higiene postural será clave para evitar los dolores de espalda, tanto en la parte baja como en la columna.

Adaptar el asiento y acercar el volante a la medida adecuada te ayudarán a mantener una postura óptima que evite -o disminuya- la aparición de dolores de espalda durante la conducción.

 

Malas posturas

A parte de cómo te sientas, hay muchos hábitos que generan malas posturas en los conductores. Un ejemplo claro es fumar mientras se conduce. Aunque la ley lo prohíbe por ser una práctica insegura, son muchos los conductores que deciden fumar conduciendo.

Los gestos como buscar el paquete de tabaco o usar el cenicero durante la conducción provocan la aparición de dolores en la espalda -sobre todo en la columna- debido a las malas posturas que adquiere el cuerpo.

En este caso lo mejor es que no fumes mientras conduzcas para prevenir y evitar los dolores de espalda debidos a malas posturas.

 

La vibración del motor

La vibración del motor se nota en el asiento del coche. Este vibración afecta directamente a la columna, provocando dolores de espalda intensos durante o después de la conducción.

Lo mejor en este caso es que el asiento tenga una buena amortiguación para evitar, en la medida de lo posible, la aparición de este tipo de dolores.

Todas estas causas crean dolores y molestias tanto en la parte baja de la espalda como en la columna vertebral y el cuello. Estos dolores no nos permiten estar suficientemente concentrados como para no poner nuestras vidas -y la de los demás- en riesgo.

Lo más recomendable -a parte de las técnicas explicadas anteriormente- es mantener una buena higiene postural mientras conduces, hacer paradas cada media hora o cada hora y hacer estiramientos musculares durante las paradas para relajar los músculos -tanto de espalda como de piernas, brazos y cuello-.

 

En Teyder queremos que disfrutes de una conducción tranquila, sin dolores ni estrés. Conoce nuestros productos para aliviar las molestias del dolor de lumbalgia y demás dolores de espalda. Consulta con tu especialista y encuentra la ortesis que mejor se adapte  a ti.

 

 

28 de julio de 2016 |

Si recurres a soluciones de ortopedia que no sea por imprudencia

Cuando pensamos en verano, lo hacemos en sol, playa, relax, descanso. Nunca en lesiones, productos de ortopedia y urgencias hospitalarias. Pero lo cierto es que, durante los meses de julio y agosto, las visitas al médico por torceduras y caídas son frecuentes.

También, las relacionadas con contracturas o dolores musculares. ¿Extraño? Aunque parezca mentira, no. Más bien, previsible. Al menos si tenemos en cuenta el perfil de algunos de los lesionados: personas que durante el año no practican ningún deporte y que, aprovechan las vacaciones estivales y sus largas horas de luz, para recuperar el tiempo perdido y ponerse en forma. Nada que objetar sobre su decisión: hacer ejercicio es, junto con a una buena alimentación, una de las mejores formas de velar por nuestra salud y por nuestra calidad de vida. El problema viene cuando se quieren abordar deportes de impacto como pueden ser el running, el voleibol, el tenis, el pádel o el ciclismo sin preparación, sin técnica y sin dedicar, al menos un cuarto de hora, a calentar y a estirar. Como hemos comentado en anteriores ocasiones, la mejor forma de evitar lesiones durante la práctica deportiva es la previsión y esta requiere de progresión y formación en la disciplina a abordar.

Pero, ¿la falta de preparación es la única causa de contusiones en verano? Lamentablemente no. Junto a los esguinces de tobillo, tendinitis en codo y hombro o contracturas musculares que se producen por una mala praxis deportiva, encontramos otras que se dan por falta de precaución y que, como las anteriores, pueden tener como consecuencia una lesión. Runners que corren por superficies a las que no están acostumbrados y sufren caídas y torceduras inesperadas, futbolistas aficionados que juegan a este deporte descalzos o en chanclas y se dañan los dedos de los pies con el balón, adultos que optan por las palas o el frisbee en la orilla y, debido al desnivel, pierden el equilibrio y se tuercen el pie. Además de enfrentarse a la práctica deportiva sin el equipo adecuado, lo hacen en terrenos que desconocen y que pueden crearles inestabilidad y hacerles caer.

La preparación y la precaución te mantendrán alejado de las lesiones

En esta lista de lesiones no podemos olvidar aquellas que se dan por causas que nada que tienen que ver con el deporte: caídas por resbalones en la piscina o en las rocas, contracturas por cargar más peso del normal o fascitis plantar por el uso prolongado de chanclas o sandalias sin amortiguación y sin sujeción al tobillo.

¿Qué debemos tener en cuenta entonces para prevenir lesiones y, por tanto, evitar el uso de un producto de ortopedia?

  • Uno no se convierte en deportista en un día. es necesario integrar el ejercicio físico a nuestra rutina de forma paulatina e ir aumentando la intensidad y la frecuencia de forma progresiva. Y, siempre, calentado y estirando nuestros músculos y articulaciones.
  • Aunque una de las cosas más importantes a la hora de practicar un deporte es la técnica y la preparación, no nos podemos olvidar del equipamiento. Elementos como zapatillas, raquetas o palas son esenciales para evitar lesiones. A no ser que estés acostumbrado a ello –recordemos que existen disciplinas como el barefoot o el volei playa que se realizan descalzo-, no hagas deporte sin el calzado adecuado.
  • El sentido común también debe acompañarnos en vacaciones. Si no conoces el terreno, no te la juegues. No te tires al agua de cabeza si no sabes cuál es la profundidad del río o cala o si hay rocas y elementos cortantes en su interior, no hagas piruetas y corras por superficies mojadas y resbaladizas como la piscina, no te envalentones encima de una moto acuática o de una tabla de surf. Más allá de un susto y un esguince, puedes sufrir lesiones medulares. Muy serio.

En Teyder somos especialistas en soluciones de ortopedia. Disponemos, entre otras muchas, de ortesis para tratar lesiones como el codo de tenista o la rodilla del corredor y para aliviar el dolor durante la práctica deportiva.

1 de julio de 2016 |

Mobiliario y estancias deben permitir el paso de la silla de ruedas

Escalones, puertas demasiado pequeñas, rampas demasiado pronunciadas, interruptores demasiado altos… Son muchas las barreras arquitectónicas a las que se enfrentan las personas con movilidad reducida en su día a día y que les impiden disfrutar de la libertad y autonomía de la que gozan el resto de ciudadanos.

Detectarlas y darles solución es necesario para garantizar la accesibilidad de las personas con silla de ruedas o con movilidad reducida a edificios públicos y privados, pero sobre todo a su vivienda.

En Teyder ya os indicamos que los elementos que debíais tener en cuenta para adaptar el interior de una finca a las personas con movilidad reducida. Hoy os facilitamos algunos consejos para hacer lo mismo con la vivienda y permitir que las personas en silla de ruedas pueda desplazarse en su domicilio.

  • Puertas. Deben ser de una amplitud superior a los 84 centímetros para permitir el acceso de una silla de ruedas y, así, garantizar la autonomía y movilidad del que la deba usar. Una buena idea es sustituir las puertas tradicionales por puertas correderas. Así se gana en espacio y en libertad de movimiento.
  • Pasillo. Al igual que las puertas, el pasillo debe tener un ancho superior a los 90 centímetros para que las personas con movilidad reducida o que se desplacen con silla de ruedas puedan acceder a las diferentes estancias de forma autónoma.
  • Suelo. Debe ser duro, antideslizante y libre de obstáculos para permitir el acceso de las personas con movilidad reducida.
  • Sillas y sillones. Es recomendable que dispongan de apoyabrazos y que sean de una altura no superior a los 45 centímetros. Todos, deberán contar con respaldo y ser firmes para evitar caídas.

Los suelos deben ser duros, antideslizantes y libres de obstáculos

  • Cocina. Si la estructura lo permite, optaremos por cocinas en forma de U o L para garantizar el acceso de la persona con movilidad reducida o silla de ruedas y tener siempre un punto de apoyo. Optaremos por grifos monomando para garantizar su apertura y cierre y evitaremos muebles de cocina con esquinas pronunciadas y justo debajo de la placa de vitrocerámica –preferible a la hornilla de gas- o pila. Sólo así podrá acceder a ella con la silla de ruedas.
  • Dormitorio. Lo recomendable es eliminar cualquier objeto o mueble que pueda obstaculizar el movimiento  y optar por armarios y cómodas con asas en vez de con pomos y con esquinas redondeadas. También,  sustituir la cama tradicional por una articulada que facilitará el ascenso y bajada de la persona en silla de ruedas a ella y, obviamente, su descanso.
  • Baño. De la misma forma que debemos adaptar dormitorio y cocina  a las necesidades de las personas con movilidad reducida, debemos hacer lo mismo con el baño. Lo ideal es incorporar brazos de apoyo y asideros en baño y ducha para que pueda disponer de autonomía. También, subir el inodoro mediante un elevador para permitir su ascenso y descenso e incorporar grifos monomando  para facilitar la apertura, cierre y regulación del agua. Es importante, además, sustituir bañera por ducha, incorporar bandas antideslizantes para evitar caídas y contar con sillas para el baño y asientos adaptados a las necesidades de las personas con movilidad reducida.

En Teyder disponemos de ayudas técnicas que buscan facilitar el día a día de las personas con movilidad reducida y favorecer su accesibilidad.

4 de abril de 2016 |

Qué loco el mundo. De la misma forma que avanzan las nuevas tecnologías, lo hacen el número y nomenclaturas de lesiones que se asocian a su uso. Con la aparición del ordenador personal y del famoso “mouse”, llegó el “síndrome del ratón” o “síndrome del túnel carpiano”, una patología que se origina cuando el nervio mediano se comprime a su paso por el túnel carpiano y esta presión produce dolor y adormecimiento de la mano. Continue reading «Soluciones de ortopedia para lesiones ‘tecnológicas’»