21 de abril de 2021 |

Mantén una buena higiene postural con los correctores de espalda de Teyder

Una lesión, una enfermedad, un mal hábito o el uso de mobiliario poco ergonómico pueden modificar nuestra postura y provocar rigidez o malestar de espalda, hombros y cuello. Si la mala higiene postural es puntual, el dolor se puede atajar. El problema viene cuando se prolonga en el tiempo y daña tanto nuestra posición como nuestra funcionalidad. Entonces, el malestar se convierte en crónico y el uso de correctores de espalda se convierte en una necesidad.

Y es que estas ortesis están especialmente diseñadas para mantener una posición correcta de la espalda, respetando su curvatura natural. Para conseguirlo, los correctores de espalda hacen uso de un sistema de tracción que fuerza el retroceso de hombros y obliga al usuario a conservar una postura adecuada.

Además, su uso continuado mejora la memoria corporal y, a la larga, fortalece los músculos necesarios para mantener una buena higiene postural sin necesidad de recurrir a este soporte.

¿Para quiénes están indicados?

Aunque está demostrado que el uso de correctores de espalda mejora la higiene postural y la calidad de vida de sus usuarios, antes de utilizarlos es conveniente consultar a un especialista. Son ellos los que pueden valorar la necesidad real de este soporte y decidir tanto el tipo de ortesis a utilizar como el tiempo que deberá llevarse. También, el tratamiento a seguir.

No podemos olvidar que es necesario acompañar el uso de estos soportes con ejercicios enfocados al fortalecimiento y activación de la espalda.

Teniendo en cuenta estas recomendaciones, los correctores de espalda están indicados para:

  • Niños en edad de crecimiento y con una alteración debida a una mala higiene postural y no a una desviación en la espalda. En caso de que sufriesen escoliosis, lordosis o cifosis, el tratamiento sería distinto. 
  • Adultos que ya hayan desarrollado su musculatura y que presenten una posición inadecuada debida a hábitos incorrectos y no a deformidades en la columna. 
  • Deportistas que quieren mantener tanto una buena postura como una propiocepción del cuerpo durante los entrenamientos. 

Los correctores de espalda están  están especialmente diseñados para mantener una posición adecuada de la columna

¿Qué hay que tener en cuenta antes de comprarlos?

  • Tamaño: a pesar de que los correctores de espalda cuentan con velcro para garantizar un ajuste correcto, es necesario escogerlos en la talla adecuada. Solo así cumplirá su función.
  • Materiales: deben estar elaborados en un tejido suave y transpirable para que puedan ser utilizado en cualquier estación y evitar irritaciones.

Los correctores de espalda de Teyder están fabricados en materiales transpirables, elásticos, suaves y en distintas tallas para garantizar la higiene postural de aquellos que lo usan. Este es el caso del soporte 721 CH. Una ortesis especialmente pensada para rectificar la postura y reducir el dolor de espalda que conlleva una mala higiene postural.

En Teyder estamos especializados en ortesis y correctores de espalda. ¿Necesitas que te aconsejemos? Contacta con nosotros y te asesoraremos

3 de febrero de 2021 |

Las tobilleras para esguinces ayudan en el tratamiento y prevención de esta lesión

 

Las personas que han sufrido un esguince de tobillo lo saben: presentar esta lesión es tan fácil como recaer en ella. Y es que, como explicamos en el artículo Esguince de tobillo: cómo evitar recaídas, un simple movimiento es suficiente para desestabilizar la zona, forzar el estiramiento de los ligamentos y padecer este trastorno. Pero, de la misma forma que es posible caer –o recaer- en esta lesión, lo es tratarla y prevenirla. Las tobilleras para esguinces están diseñadas para este fin.

Sin embargo, que su objetivo sea ayudar a la recuperación y evitar recaídas, no significa que las podamos utilizar todos por igual ni a todas horas. Deberemos tener en cuenta varios aspectos antes de hacerlo.

1. Gravedad de la lesión

No es lo mismo sufrir un esguince de grado I que una de grado II o III. La gravedad de la lesión es distinta y, con ello, el periodo de recuperación y las medidas a aplicar.

Será el especialista quien, después de una revisión, determine el nivel de afectación de los ligamentos y las pautas a seguir para tratarlos. Entre ellas, la tipología de tobilleras para esguinces a utilizar.

  • Grado I: es el más leve de los tres. A pesar de que provoca dolor por presión, el desagarro de las fibras es mínimo y prácticamente no hay inestabilidad al caminar. El uso de tobilleras para esguinces, en este caso, tiene como objetivo desinflamar la zona y calmar. Por eso, es recomendable optar por ortesis compresivas y con efecto masaje y drenaje como las Sport Teyder 313TB y 305TB..
  • Grado II: a diferencia del esguince de tobillo en grado I, provoca una ligera inestabilidad al caminar y hematoma en la zona. El desgarro las fibras y lesiones capsulares es mayor y, por tanto, también lo es el dolor. Hechos que hacen recomendable el uso de tobilleras para esguinces que, además de comprimir la articulación, aporten estabilidad y sujeción. Este sería el caso de la 284TB, la 889TB y la 551TB.

teyder tobillera para esguinces

  • Grado III: es el esguince más grave de los tres. Provoca el desgarro completo del ligamento con lesión en la capsula y, con ello, gran dolor e inestabilidad. De ahí que sea importante el uso de ortesis que ofrezcan estabilidad y compresión a la zona y reduzcan las molestias causadas por la lesión. La tobillera 250TB-251TB es perfecta para este fin.

El objetivo de las tobilleras para esguinces es ayudar a la recuperación de esta lesión y evitar recaídas

2. Fase de recuperación del paciente

Lo habitual es que las tobilleras para esguinces se utilicen en la primera fase de la lesión con el objetivo de calmar la zona y aliviar el dolor en su fase más crítica. Y es que, como hemos comentado, estas ortesis actúan como un potente analgésico y aportan calor, compresión y estabilización a la zona.

Sin embargo, pasado el tiempo estimado por el médico y siempre que una actividad profesional o deportiva no lo requiera, es conveniente prescindir de ellas y caminar sin su ayuda. ¿La razón? Las tobilleras para esguinces inmovilizan todo el tobillo por igual y su uso continuado puede producir la inactivación de elementos claves para la recuperación de la zona.

3. Factores de riesgo del paciente

Aunque lo recomendable es utilizar las tobilleras para esguinces en la primera fase de la lesión, existen excepciones. Este es el caso de las personas que, por el trabajo que desempeñan, por el deporte que practican o porque sufren inestabilidad en el tobillo, son propensas a sufrir recaídas. Tan solo ellas podrían usar ortesis después de su recuperación y hacerlo únicamente durante el desarrollo de su profesión o durante sus entrenamientos.

Para garantizar la estabilidad y comodidad del usuario, las tobilleras para esguinces deberían ser como la 884TBC o las Sport Teyder 313TB y 305TB: transpirables, sin costuras y de gran sujeción y estabilización. Además, su uso debería ir acompañado de ejercicios de fortalecimiento muscular y para la propiocepción y control postural.

En Teyder estamos especializados en tobilleras para esguinces. ¿Necesitas que te aconsejemos? Contacta con nosotros y te asesoraremos

16 de diciembre de 2020 |

El dolor lumbar, uno de los desencadenantes de la hernia discal lumbar

¿Sabías que entre el 60% y el 80% de la población sufrirá alguna vez dolor lumbar? ¿Y que un alto porcentaje de esta dolencia (entre el 9% y el 10%) es consecuencia de una hernia discal lumbar? Y es que, a pesar de que sufrir malestar en la parte baja de la espalda no es indicativo de padecer esta afección, lo cierto es que muchas de las personas que han sido diagnosticadas con ella han presentado síntomas similares a la  lumbalgia antes.

Pero, ¿cómo distinguir el dolor lumbar de aquel causado por una hernia discal lumbar? E, igual de importante, ¿cómo prevenir que este pueda aparecer? Antes de dar respuesta a estas preguntas no viene mal saber en qué consiste es exactamente esta patología.

¿Qué es?

La hernia discal lumbar es una afección que se produce cuando uno o varios de los discos que se encuentran entre las vértebras y que amortiguan el impacto cuando caminamos o corremos, se desplazan hacia la raíz nerviosa, presionándola y causando un fuerte dolor.

¿Cuáles son los síntomas?

A pesar de que hay personas que no sufren ningún síntoma asociado a la hernia discal lumbar, en la mayor parte de los casos se presenta en forma de:

  • Dolor lumbar.
  • Dolor en la parte baja de la espalda que irradia a las nalgas, piernas o pies.
  • Entumecimiento u hormigueo en la pierna o el pie.
  • Debilidad en la pierna o el pie.
  • Pérdida de control de esfínteres: es un síntoma poco común que nos avisa de una patología grave, el síntoma de la cola de caballo.

El tipo de síntoma dependerá de la ubicación del disco intervertebral dañado.

La hernia discal lumbar es la causante de entre el 9% y el 10% de casos de dolor de espalda

¿Qué la causa?

Detrás de la hernia discal lumbar no se esconde una única causa. Más bien se trata de una combinación de factores que dan como resultado esta afección. La edad y el desgaste que el paso de los años ocasiona en los discos intervertebrales serían las principales, pero no las únicas.

Otros condicionantes podrían ser:

  • El sobrepeso.
  • El sedentarismo.
  • El tabaquismo. 
  • Una mala higiene postural.
  • El levantamiento de peso de forma inadecuada. 
  • Lesiones o traumatismos lumbares.
  • Deportes que provoquen la compresión o contorsión de la zona como la equitación, el ciclismo de montaña, el tenis, el pádel.
  • Profesiones que exijan una sobrecarga lumbar.

¿Cómo prevenirla?

A diferencia de lo que pasa con otras estructuras, los discos intervertebrales se nutren con el movimiento. Por tanto, si queremos disminuir el riesgo a sufrir hernia discal lumbar, será recomendable que mantengamos una vida activa y, a ser posible, que realicemos algún tipo de deporte que contribuya a fortalecer la espalda.

Además de hacer ejercicio de forma periódica, será recomendable:

  • Mantener un peso saludable. El sobrepeso aumenta la presión en la espina dorsal y los discos intervertebrales y, con ello, la posibilidad de padecer una hernia discal lumbar. De ahí que sea conveniente cuidar nuestra alimentación y llevar una vida activa y sana.
  • Mantener una buena higiene postural. No solo a la hora de cargar peso, también de sentarnos y caminar. Hacerlo disminuirá la presión en la zona y las probabilidades de sufrir una lesión.
  • Dejar de fumar.

La edad, uno de los principales condicionantes para sufrir una hernia discal lumbar 

¿Cómo tratarla?

El tratamiento de la hernia discal lumbar, al igual que el de otras patologías, dependerá de la gravedad de la misma.

  • Tratamiento conservado. Suele ser el más habitual. Consiste en la combinación de reposo con el consumo de medicamentos para desinflamar la zona y aliviar el dolor. Pasado dos o tres días, se podrá reanudar la rutina poco a poco.
  • Tratamiento quirúrgico. Se opta por él cuando el tratamiento conservador no ha dado resultado o cuando la hernia discal lumbar es crónica. Como su propio nombre indica, conlleva una intervención quirúrgica que viene seguida un periodo de convalecencia. Este no será menor a las dos semanas y, además de reposo, suele ir acompañado del uso de una faja. Su misión es comprimir la zona y protegerla durante la recuperación.
    En Teyder disponemos de ortesis especialmente diseñadas para facilitar la recuperación la hernia discal lumbar. Este es el caso de la faja sacrolumbar Golden Line 200FV, el soporte sacrolumbar Neothermik  502FV, el soporte lumbosacro Prot Point Elastic 700-701FV o el soporte lumbostato Prot Pint Elastic 704-705FV.

teyder soporte hernia discal lumbar

En Teyder estamos especializados en ortesis para el tratamiento y recuperación de una hernia discal lumbar. ¿Necesitas que te aconsejemos? Contacta con nosotros y te ayudaremos

 

28 de octubre de 2020 |

La tendinitis en dedos y muñecas son una de las lesiones más comunes en escalada

Con la aparición de rocódromos en la ciudad, la escalada ha pasado de ser un deporte exclusivo de las zonas de montaña a convertirse en una disciplina abierta a cualquier espacio y localidad. Este hecho, además de impulsar notablemente su práctica, nos ha hecho conscientes del peligro que supone realizarla sin conocimiento y preparación.

Y es que, al tratarse de un deporte de gran exigencia física y alto riesgo de caídas, precisa de cierta técnica y acondicionamiento para realizarlo. De lo contrario, corremos el riesgo a sobrecargarnos o resbalarnos y sufrir alguna de las lesiones más comunes en escalada.          

Pero, ¿cuáles son estas patologías?

A pesar de que en la escalada entran en juego las diferentes partes del cuerpo, son las extremidades superiores las que soportan mayor peso y, por tanto, las que corren mayor riesgo de inflamación o fractura. De hecho, el 80% de las lesiones en escalada se dan en esta zona. Y, según explican los especialistas Eduardo Blanco y Noemí Lambán en un artículo para Redacción Médica, los dedos y los codos concentran el 41% y el 13% de las dolencias que sufre el escalador.

Unas cifras que evidencian el impacto que tiene esta disciplina deportiva en manos y brazos y que explica algunas de las patologías más comunes en escalada:

  • Rotura de la polea A2: Las poleas son bandas fibrosas situadas en el segundo, tercero, cuarto y quinto dedo. Pueden ser anulares (A1, A2, A3, A4 y A5) o cruciformes (C1, C2 y C3) y su función es mantener los tendones flexores pegados al hueso, permitiéndonos abrirlos y cerrarlos. Si se produce un desgarro en la polea A2, además de un fuerte chasquido, sentiremos un dolor intenso y notaremos cómo se inflama la zona. En caso de que la rotura sea parcial, será necesario inmovilizar el dedo durante al menos dos semanas. Pero, si por el contrario, es total habrá que intervenir quirúrgicamente. El tiempo de recuperación dependerá, aquí, de las características de la operación.
  • Rotura del tendón flexor de la mano. Los tendones flexores conectan los músculos con los huesos, permitiéndonos doblar y extender los dedos de la mano. Por eso, si nos desgarramos o rompemos alguno de ellos, veremos afectada nuestra movilidad y nos resultará difícil realizar acciones tan habituales como cerrar el puño. En caso de rotura total, será imprescindible someterse a una intervención quirúrgica.

teyder lesiones escalada

  • Distensión en el ligamento colateral. Esta es otra de las lesiones más comunes en escalada y, a pesar de que puede darse en cualquier dedo, los más afectados suelen ser el tercero y el cuarto. Los ligamentos colaterales separan las tres falanges de los dedos y están implicados directamente en la flexoextensión. Por eso, si se produce una sobrecarga o desgarro en la zona, podemos sentir malestar y dificultad para mover la mano. La intensidad del dolor, así como el tiempo de recuperación y el tratamiento a aplicar, vendrán marcados por la gravedad de la lesión.
  • Epicondilitis o codo de tenista. Como explicamos en el artículo Epicondilitis y epitrocleitis: causas y tratamiento de las lesiones de codo, esta lesión se produce cuando la inserción de los músculos extensores de muñeca y dedos se inflama. Aunque puede originarse por un gesto brusco, normalmente produce después de repetir de forma repetida un mismo movimiento. Suele cursar con un dolor intenso en la cara externa del codo y presentar dificultad para flexionar o extender la muñeca.
  • Epitrocleitis o codo de golfista. Esta es otra de las lesiones más comunes en escalada. Tiene lugar cuando la inserción de los músculos flexores de la muñeca y los dedos se inflama como consecuencia de un golpe o sobrecarga en la zona. Cursa con dolor en la cara interna del codo y dificulta tareas tan habituales como levantar peso o dar la mano.

Los dedos y los codos concentran el 41% y el 13% de las lesiones más comunes en escalada

Cómo evitar los desgarros y fracturas en escalada

Da lo mismo que escalemos en rocódromo o en roca, la mejor forma de prevenir algunas de las lesiones más comunes en escalada es la preparación. Así, antes de lanzarnos a una travesía o ascensión, es conveniente que un entrenador nos indique de forma teórica y práctica cómo movernos en pared, cómo caer o cómo asegurar y portear a un compañero.

Esta formación no solo nos dará las claves para evitar caídas innecesarias, también nos dotará del fondo necesario para escalar sin sobrecargar músculos y articulaciones y lo hará de forma gradual.

Además de mejorar la técnica, no nos podemos olvidar de:

  • Calentar antes de cada entrenamiento. Si no queremos sufrir alguna de las lesiones más comunes en escalada, además del CORE, deberemos fortalecer dedos, manos y hombros. Por eso, el calentamiento deberá incluir ejercicios que vayan encaminados a tonificar esa zona y a prepararnos a la sesión de escalada.
  • Estirar después de escalar. De la misma forma que es importante calentar antes de entrenar, lo es estirar después de escalar. El objetivo de esta actividad es devolver el músculo a su estado de relajación y prevenir lesiones por sobrecarga.

Cómo tratar las lesiones en escalada

Como hemos comentado con anterioridad, el tratamiento dependerá tanto del tipo de molestia como de su intensidad. Por eso, lo primero que deberemos hacer si tenemos indicios de lesión es acudir a un especialista y que este valore su gravedad.

Aunque las pautas a seguir variarán en función de la patología, lo más posible es que incluyan:

  • Consumo de antiinflamatorios. Para aliviar el dolor y bajar la inflamación.
  • Reposo. El tiempo de reposo dependerá de la gravedad de la lesión. Si es leve, puede rondar los 10 o 15 días. Si es grave y requiere de intervención, puede superar el mes.
  • Uso de ortesis. El uso de ortesis no solo nos ayudará a inmovilizar la zona y a recuperarnos de la lesión, también a volver a nuestros entrenamientos de forma segura. Y es que, como explicamos en nuestro artículo Ortesis deportivas: 5 razones para utilizarlas en disciplinas de alto impacto, tienen como objetivo mejorar el rendimiento, reducir la fatiga y prevenir las lesiones más comunes en deportes como la escalada. La codera Epicondilitis 210CD, la Epicondilitis 542CD, el brazalete Epicondilitis Sport 442CD, la codera elástica Sport 309CD o la Sport 303CD con almohadilla de silicona son perfectas para este fin.

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En Teyder estamos especializados en ortesis deportivas para prevenir y tratar las lesiones en escalada. ¿Necesitas que te aconsejemos? Contacta con nosotros y te ayudaremos

 

29 de mayo de 2020 |

Casi la mitad de la población sufrirá dorsalgia en algún momento de su vida

Contradicciones de la vida. Vivimos en la sociedad del bienestar, pero cada vez estamos más alejados de ella. Comemos de pie, pasamos horas sentados, dormimos poco y mal, nos movemos cuanto apenas, estamos continuamente estresados… Situaciones que nos restan calidad de vida y que, de cronificarse en el tiempo, se traducen en innumerables patologías y lesiones. ¿Una de ellas? La dorsalgia. Un dolor sordo en la parte alta espalda que suele intensificarse en momentos de reposo y que presenta cierto alivio cuando se aplica presión en la zona.

Las personas que la padecen pueden presentar:

  • Dolor dorsal.
  • Pesadez en la espalda.
  • Dificultad para respirar.
  • Espasmos inesperados en la zona dorsal.

Y aunque la dorsalgia puede deberse a hernias discales o enfermedades autoinmunes como la espondilitis anquilosante y la artritis reumatoide, lo cierto es que el estrés, una higiene postural inadecuada y patologías de espalda suelen esconderse detrás de ella.

De ahí que sea tan común que afecte a tantas personas, independientemente de la edad y del sexo. De hecho, según un estudio publicado por la revista Gaceta Sanitaria, casi la mitad de la población padecerá dorsalgia en algún momento de su vida.

Pero ¿cómo prevenirla y, sobre todo, tratarla?

Prevención de la dorsalgia

1. Cuida tu higiene postural

Como hemos comentado anteriormente, pasamos la mayor parte del día sentados frente al ordenador, el móvil o el televisor o de pie en posición encorvada. Mantener una postura erguida tanto en sedestación como en bipedestación será clave para prevenir esta lesión.

2. Mantén tu espalda fuerte

Para conseguirlo, será necesario abandonar el sedentarismo y practicar deportes que nos ayuden a fortalecer la zona dorsal sin dañarla. La natación es uno de los mejores, pero no también el yoga o el pilates.

teyder espaldera dorsalgia

3. Reduce el estrés

Aunque sabemos que es más fácil decirlo que hacerlo, es necesario eliminar el estrés si queremos evitar la dorsalgia y ganar calidad de vida. Podemos practicar meditación o mindfulness, hacer yoga o realizar cualquier disciplina que nos tranquilice y nos permita eliminar la tensión de nuestro cuerpo.

4. Descansa

Dormir mal o poco también aumenta las posibilidades de sufrir dorsalgia. Apuesta por un colchón firme y evita todas aquellas distracciones que puedan afectar a la calidad de tu sueño como la pantalla del móvil o del televisor.

El estrés y una higiene postural inadecuada pueden estar detrás de la dorsalgia

Tratamiento de la dorsalgia

El tratamiento de la dorsalgia, al igual que otras lesiones, dependerá de la gravedad de la lesión. A pesar de ello, existen procedimientos comunes a todos los casos:

1. Suministro de analgésicos y antiinflamatorios

Uno de los principales objetivos del tratamiento de la dorsalgia es aliviar el dolor que esta ocasiona. Por eso, en una primera instancia, el especialista suministrará analgésicos y antiinflamatorios para reducir las molestias y la inflamación.

2. Realización de masajes y estiramiento

En función del origen de la dorsalgia, la aplicación de estas técnicas pueden ser de gran ayuda para relajar y fortalecer la musculatura. Eso sí, su realización deberá recaer en un especialista.

3. Uso de espalderas

En algunos casos, se recomienda el uso de ortesis para facilitar la recuperación y garantizar una buena higiene postural. En Teyder disponemos de espalderas como la 721CH que, además de proteger la zona, corrigen la posición dorsal.

En Teyder estamos especializados en ortesis para tratar la dorsalgia. ¿Necesitas que te aconsejemos? Contacta con nosotros y te ayudaremos

 

1 de abril de 2020 |

El uso de muñequeras te ayudará a recuperarte la fractura del metacarpiano

Si practicas boxeo, yudo, baloncesto o balonmano, seguramente habrás oído hablar de fractura de los metacarpianos. Una de las lesiones traumatológicas más frecuentes en este tipo de disciplinas y, además, una de las más habituales en la mano.

Sin embargo, que la fractura de los metacarpianos sea tan común en boxeadores o jugadores de baloncesto no significa que sea exclusiva de estos deportistas. Cualquier persona que sufra un impacto fuerte en esta zona, corre el riesgo de romperse alguno de los cinco huesos que unen los dedos con la muñeca y sufrir esta lesión. Un golpe, una caída o una tracción son suficientes para que esto pase y alguno de los huesos de la mano se resienta.

Y, aunque cualquier metacarpiano se puede ver comprometido, las fracturas más habituales son las siguientes:

Fracturas de los metacarpianos más habituales

1. Fractura de Bennett

Se trata de una fractura intraarticular simple con base en el primer metacarpiano, es decir, el que corresponde al dedo pulgar. Suele originarse al producirse un impacto fuerte con el pulgar flexionado. De ahí que esta lesión sea tan común en deportes de lucha y de contacto como el boxeo, el rugby o el fútbol americano.

Aunque no siempre, este tipo de fractura de los metacarpianos suele ir acompañada de un desplazamiento o alejamiento de los huesos entre sí. Un proceso que, en muchos casos, implica la aplicación de un tratamiento quirúrgico.

Quienes sufren una fractura de Bennett suelen presentar inflamación en la base y parte posterior del pulgar, dificultad de movimiento y dolor en la zona.

2. Fractura de Rolando

Al igual que la fractura de Bennett, la de Rolando afecta a la base del primer metacarpiano. Sin embargo, en este caso, se añade un componente de conminución: la fractura se presenta en diferentes fragmentos. Un hecho que dificulta el tratamiento de este tipo de lesiones.

Los síntomas más habituales en este tipo de fractura de los metacarpianos son dolor e inflamación del pulgar y deformidad en el primer metacarpiano.

teyder fractura de metacarpianos

3. Fractura del boxeador

Con este nombre se conoce la rotura del quinto hueso metacarpiano, es decir, el que corresponde dedo meñique. Se origina cuando, de forma accidental o intencionada, se golpea con el puño cerrado una superficie dura o persona. De ahí que la suelan sufrir, en su mayoría, boxeadores y deportistas que practiquen disciplinas de contacto.

Los síntomas más comunes tras una fractura de los metacarpianos de este tipo son dolor, inflamación e imposibilidad para mover el dedo.

La fractura de los metacarpianos es muy común en deportes de lucha y de contacto

A pesar de que cada fractura de los metracarpianos es diferente y, por tanto, también sus protocolos de actuación, hay procedimientos que son comunes a todas. Así, tras una lesión de este tipo, lo más frecuente es poner en práctica alguno de estos tratamientos.

 

Tratamiento para la fractura de los metacarpianos

1. Tratamiento ortopédico

  • Aplicar antiinflamatorios para bajar la inflamación y el dolor.
  • Inmovilizar la zona afectada con ayuda de una férula o una muñequera como la 205MN – 206MN, con férula palmar, o la 512MN, 518MND – 519MND o 725MN, con férula pulgar. Este tipo de ortesis no solo ayuda a estabilizar la zona mientras se consolida el hueso, sino que también la protege de golpes y de movimientos inadecuados durante la recuperación.

teyder fractura de metacarpianos

  • Después de 3 a 4 semanas de reposo, comenzará el periodo de rehabilitación. Siguiendo las indicaciones del especialista, realizaremos una serie de ejercicios que buscarán la movilización y fortalecimiento de los metacarpianos.

2. Tratamiento quirúrgico

Se suele optar por este tipo de tratamientos en aquellas fracturas de los metacarpianos que presentan inestabilidad. El tipo de cirugía a aplicar dependerá del tipo de lesión, pudiendo optarse por la colocación de tornillos o agujas de Kirschnner para estabilizar la zona.

Tras un periodo de 3 o 4 semanas de inmovilización y una vez consolidado el hueso, se iniciará un proceso de rehabilitación similar al del tratamiento ortopédico.

En Teyder estamos especializados en ortesis para tratar la fractura de los metacarpianos. ¿Necesitas que te aconsejemos? Contacta con nosotros y te ayudaremos